Nunca había tenido un problema grave a la hora de pasar la ITV. Aunque siempre iba con miedo porque mi coche era muy antiguo, solo me dieron alguna vez el toque por las emisiones, pero eran fallos leves. Hasta que un buen día, me echaron para atrás debido a la luz antiniebla. Estaba fundida y no podía pasar la ITV así. Fue todo un chasco porque yo uso bastante el coche y no quería arriesgarme a tener problemas al circular sin tener la ITV aprobada.
Varios amigos ya me habían recomendado que era el momento de cambiar de coche, que el mío estaba muy viejo. Me dijeron que si no quería uno nuevo, al menos mirara coches de ocasión pontevedra, pero yo, erre que erre, no quería traicionar a mi viejo coche. Pero la dichosa luz antiniebla se atravesó en mi camino.
La verdad es que siempre he sido un poco torpe para arreglar cosas en el coche. Aunque miré el manual no me acabé de aclarar del todo así que opté por no hacer yo algún estropicio y acudir a un taller de un amigo que conocía bastante bien el coche. Así que allí fui a cambiar la luz antiniebla y terminé quedándome sin coche…
Cuando llegué al taller, el mecánico me dijo que el motor tenía un ruido un tanto extraño. Yo no me había percatado de nada. Si hubiese sido un mecánico que no conozco tal vez hubiese sospechado algo, pero era un amigo de muchos años así que me fié de su criterio. Antes de meterse con el tema de la luz, echó un vistazo al motor. Como no acaba de encontrar el problema, yo me fui y allí lo dejé.
Cuando volví a la mañana siguiente y le pregunté si había cambiado la luz antiniebla me respondió que no, que antes de cambiarla debía valorar si era necesario… Que mal me sonó todo aquello. El mecánico descubrió que el motor tenía un problema grave y que el coche podía fallar en cualquier momento. El arreglo iba a salir caro y me dijo que, probablemente, era mejor jubilar el coche… Así que me tocó mirar coches de ocasión pontevedra y dejar tirado mi viejo y querido coche de toda la vida.