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Tipos de parasol para terraza y sus características

En entornos domésticos y comerciales, el parasol o quitasol es un accesorio útil para resguardarse de la radiación solar, ofreciendo también protección frente al viento y la lluvia ocasional. Su diseño adopta formas y acabados diversos: circular, cuadrado, octogonal y rectangular.

En concreto, el parasol rectangular es un diseño común en unidades de mástil orientable y fijo. Estos últimos forman parte de la gama más económica y se fabrican en madera y aluminio, principalmente. Gracias a su forma rectangular, este tipo de parasol maximiza el aprovechamiento del espacio, siendo una solución compatible con terrazas y espacios pequeños.

A diferencia del parasol de mástil fijo, el excéntrico se instala en uno de los flancos de la mesa, en lugar de hacerlo en su mismo centro. Su mástil está diseñado para orientarse y ajustarse en la posición que se desee. Esta característica da mucho juego a la hora de organizar el mobiliario y los accesorios de la terraza. Se fabrican usualmente en formas cuadradas y circulares, aunque pueden encontrarse en formado de rectángulo.

Otro de los tipos de parasol es el orientable, así denominado porque su mástil no permanece en una posición fija, sino que puede regularse por medio de una rótula. Esta pieza se sitúa en la parte superior del mástil y es fácil de manipular. Como en los anteriores, su tela, confeccionada en lona y poliéster, se mantiene tensa gracias a un armazón compuesto por múltiples varillas.

Entre los parasoles de mástil fijo, destacan los fabricados con cubierta de rafia, fibra natural de popularidad creciente en nuestro país. Este derivado de la palma de nombre homónimo (Raphia farinifera), endémica de Madagascar, se distingue por su resistencia al viento y la radiación solar, la ligereza de sus fibras y el valor decorativo de las mismas, diferentes en aspecto a cualquier tejido disponible en el mercado.

NO ENCUENTRO UNA SILLA A MI GUSTO

Hace tiempo que ando detrás de una silla baja terraza para poder llevarla a la playa y al mismo tiempo poder usarla en la terraza de mi casa, pero por desgracia todavía no he podido encontrar una que me guste y que tenga las cualidades que ando buscando. Mis amigos tienen unas sillas para llevar a la playa pero me parece que son demasiado débiles para poder aguantar mi peso y además no tienen la anchura correcta. Aunque también hay que decir estoy un poco gordo y no me valen todas las sillas que podemos encontrar en las ofertas de los productos de la playa en alguna plataforma comercial. Al final no me va a quedar otro remedio que tener que esperar hasta que aparezca una silla que me guste y que pueda con mi peso. Por el momento tendré que seguir sentándome en la toalla como toda la vida, por fortuna cada año me gusta un poco menos ir a la playa con todas las normas nuevas que está poniendo y con las que no estoy conforme para nada. Porque considero que esas normas están hechas para el beneficio de unos pocos y no de la mayoría. No es normal que en las playas públicas no se pueda jugar con un balón o con las palas, porque si vas a prohibir cosas seguro que habría otras muchas cosas que nos molestan a los jóvenes en la playa y que como no tenemos voto nos ignoran.

Para ir a la playa casi hay que sacarse un curso como el que han impuesto a los ciudadanos que quieran tener un perro. Considero que se están riendo de todos nosotros y espero que esa gente que está en el gobierno desaparezca lo más rápido posible para que no sigan metiéndonos más leyes como mínimo cuestionables. Y aún por encima, las leyes que hacen les salen mal, lo mejor es que dejen de hacer leyes absurdas y se vayan por donde han venido. Por suerte tenemos elecciones dentro de unos cuantos meses y a ver si tenemos suerte y echan a los que están ahora mismo del gobierno.

Un bar en el barrio 

Ya nos dijeron en la primera ocasión que era un proyecto muy arriesgado para el barrio, pero nosotros nos lanzamos a la piscina. Y es que conocemos de primera este lugar porque vivimos aquí. Y cada vez que alguna persona de fuera venía a visitarnos, siempre decía lo mismo: “el barrio está muy bien, pero echamos de menos algún bar más”. Es una manera diplomática de decir que el barrio es un auténtico muermo.

Porque, a lo largo de la semana, esto es un no parar, lleno de tráfico, ruido y de trabajadores que van y vienen a las oficinas de la zona. Tampoco faltan los restaurantes y algunas terrazas con sus sombrillas para bares para el buen tiempo. Pero en cuanto llegan las 7 de la tarde, todo se queda tranquilo y apenas se escuchan los ladridos de los perros que salen a pasear al caer el sol. Y en fin de semana ya él no va más: no se oye ni un alma. Todos parecen haberse ido. 

Por eso pensamos que podíamos abrir un negocio que ofreciera a los sufridos vecinos un lugar de esparcimiento en la noche y en los fines de semana, un bar de los de toda la vida, con sus sombrillas para bares, pero adaptado a las circunstancias. Como ya nos iba bastante bien en nuestros respectivos trabajos, decidimos que era el momento de apostar por algo diferente que sirviera de complemento a nuestro trabajo habitual. 

Porque siempre nos habíamos enorgullecido de ser originales en nuestros proyectos de vida. Pero abrir un bar en un sitio tan poco propicio era todo un reto. Para empezar, sería la primera vez que nos embarcásemos en un proyecto de este tipo. Habíamos abierto otra clase de negocios, pero nunca algo tan ‘tradicional’ como un bar. Y, además, a la puerta de casa, que si fallábamos todo el mundo sabría quién estaba detrás del ‘fracaso’. Pero quien no se arriesga no cruza el río, así que tocaba lanzarse a la piscina y comprobar si este barrio estaba preparado para algo más que aburridos oficinistas.

Bodas en exterior, un negocio al alza

Hasta hace pocos años las bodas en exterior eran algo anecdótico en nuestro país, al menos para la mayoría de la gente. Pero cada vez es más frecuente que, inspirados por el cine, muchas parejas soliciten casarse en el jardín del restaurante donde van a celebrar el convite.

Estas bodas en exterior tienen muchas ventajas ya que son íntimas, se decora un único lugar tanto para la boda como para la comida y, además, se evitan desplazamientos y esperas porque los novios están ya en el lugar de la celebración, escenario también para las fotos.

En algunos casos, la boda no es del todo real. La pareja se casa un día cualquiera en el juzgado y el día de la celebración llevan a cabo una ceremonia simbólica que si bien no tiene valor legal, es muy importante para ellos. Pueden incluso incluir diversos ritos, como los celtas, para darle un aire más original a la celebración.

Los locales de hostelería que cuentan con jardines han visto en este tipo de bodas un filón y se han dado cuenta de que una pequeña inversión puede hacer que se conviertan en uno de los locales más demandados por los futuros matrimonios, pudiendo competir con los salones que no cuentan con ese espacio exterior y que no podrían, por tanto, ofrecer la posibilidad de una boda en el jardín al mejor estilo romántico.

Una carpa de buena calidad para garantizar que la comida podrá celebrarse incluso con mal tiempo o durante la noche es fundamental, ya que la lluvia no puede echar por tierra los planes de los novios. También se debe contactar con un Fabricante de sillas para exterior para jardin que ofrezca muebles muy atractivos y elegantes y, por supuesto, un buen presupuesto para mantener los jardines impecables. Estos puntos son la base de lo que hace falta para ofrecer este tipo de servicios.

Esto y, como no podía ser de otra manera, el escenario para las bodas que suele inspirarse en los que vemos en el cine, con un bonito pasillo central, sillas a ambos lados y un precioso púlpito para la boda ante el cual los novios puedan intercambiar sus votos. Y todo con una decoración impecable y muy elegante que convierte ese lugar en el mejor escenario para dar vida a ese día que para muchos es un auténtico sueño.

Cómo crear un rincón chill out en la terraza

¡Tu terraza es un tesoro! ¡Obtenga una ventaja! Inspírate en estas ideas para decorar el patio y crear una zona de estilo con muebles chill out terraza sin gastar mucho dinero. ¡Verás lo fácil que es! Fíjate y presume de tu patio.

 

Términos básicos del estilo chill-out

 

En primer lugar, ¿qué es chill out? Este término siempre de moda no es más que una referencia a un área específica de relajación y tranquilidad. Vamos, una zona de relax donde poder sentirnos bien sin que nadie nos moleste o al menos nos invite a hacerlo.

 

Lo mejor de tener esta oda al relax y al bienestar en casa es que la puedes incorporar prácticamente en cualquier lugar y, además, el presupuesto es muy asequible. En ese caso, le daremos algunos consejos básicos sobre cómo configurarlo fuera de su hogar. Más precisamente en esta hermosa terraza que tienes y que grita ser muy linda. ¡Vamos!

 

Materiales y colores para una zona chill-out

 

La recomendación de oro para decorar una zona chill-out al aire libre, ya sea terraza, jardín o balcón, es la elección de muebles de jardín y textiles. ¿Por qué? Por una razón muy sencilla, al final, cualquier objeto expuesto a la intemperie acaba expuesto a unas condiciones meteorológicas bastante extremas: calor intenso, lluvia … y todo ello puede mantener tu maravilloso rincón chill-out durante todo el tiempo que lo necesites. toma al hacer que su Nombre lo diga. ¡Y no lo estropearemos!

 

Coloca unas buenas tarimas o tapetes

 

Es importante que esta zona tenga un lugar especial donde el cuerpo pueda descansar durante horas. Como alternativa a los sofás de exterior, ofrecemos dos ideas económicas, pero igualmente cómodas y valiosas. Si tu presupuesto es un poco menor o simplemente quieres algo diferente y artístico, estas son nuestras recomendaciones:

 

¿Tienen palets o muelles de carga de madera? Darles un poco de color (incluso recomendamos pintarlos con un barniz especial para el exterior para que se mantengan mejor), añadir colchones y almohadas suaves y ya tienes lista tu preciosa, barata y relajante zona chill-out.

 

La segunda de nuestras sugerencias es la que más viene determinada por la esencia del chill-out y es poner unas alfombrillas en el suelo. Esta opción también es muy conveniente si en lugar de terraza tienes un balcón y cada centímetro es dorado. Las alfombrillas le permiten entrar y salir de esta área cuando lo necesite. Lo mejor es ponerlos contra la pared para usar ese soporte como espacio para algunas almohadas traseras. ¡Ah! Eso sí, cuidado con el relleno para estar realmente cómodo. ¡Agrega unas mantas para no pasar frío por la noche y relájate!