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¿Qué es una lipoescultura?

La lipoescultura es una técnica de medicina estética que se utiliza para eliminar grasa localizada en puntos muy concretos. Para llevar a cabo esta técnica se pueden utilizar métodos quirúrgicos o no quirúrgicos. La lipoescultura quirúrgica es un tipo de liposucción. Se utilizan las mismas cánulas que absorben la grasa en ambos procesos, pero en el caso de la lipoescultura se aspira también la grasa más superficial, lo que ayuda a evitar los descolgamientos de piel sobrante. Al ser una técnica quirúrgica el paciente debe de pasar unas pruebas previas y es atendido en un quirófano por un médico especializado, normalmente un cirujano plástico. 

Hoy, la lipoescultura quirúrgica no suele precisar de ingreso y el paciente tan solo está unas horas en clínica tras la intervención, pudiendo irse a su casa bajo control médico y con las indicaciones claras de qué debe de hacer para que todo quede perfectamente. La anestesia es local aunque es frecuente que el paciente sea sedado para que todo sea mucho más sencillo y evitar nervios. Gracias a evitar la anestesia general y el ingreso, este tipo de intervenciones son ahora más seguras y también más económicas. 

La lipoescultura no quirúrgica es el nombre bajo el que se recogen a ciertas prácticas de estética avanzada indicadas para eliminar grasa localizada como la mesoterapia o la cavitación. Este tipo de técnicas, aunque suelen estar supervisadas por un médico, pueden ser realizadas por personal especializado que no tiene por qué estar licenciado en medicina o en enfermería. Profesionales de las clínicas estéticas pueden estar habilitados para estos tratamientos. 

La ventaja de la lipoescultura no quirúrgica es que no tiene proceso de recuperación, pero en su contra está el hecho de que es un procedimiento mucho más lento y que no siempre consigue los resultados del paso por el quirófano. Evidentemente, tampoco tiene los riesgos de una intervención por sencilla y segura que esta sea.

Normalmente, cuando la grasa localizada es muy poca se aconseja al paciente el uso de prácticas no quirúrgicas, pero cuando hay bastante grasa acumulada, hay que tratar varias zonas o se quieren resultados rápidos, el paso por el quirófano es lo más adecuado. En cualquier caso, no se sale de una intervención de liposucción con un cuerpo nuevo, sino que el proceso de cambio tarda incluso varios meses en verse en su totalidad ya que los tejidos deben de asentarse y reafirmarse.

Los cuarenta son los nuevos treinta

Seguro que has escuchado más de una vez eso de que los cuarenta son los nuevos treinta o incluso que los cincuenta son los nuevos cuarenta. Ambas frases hacen referencia a una realidad, que es que la población cada vez envejece más tarde y somos jóvenes durante más tiempo.

No hace tanto tiempo que una mujer que no era madre en la franja de los veinte se consideraba que estaba tardando mucho en dar el paso. Ver a madres en la década de los treinta, incluso primerizas, es ahora muy normal. Y ya comenzamos a ver que ser mamá a los 40 ha dejado de ser excepcional y se ha convertido en una opción para muchas mujeres que han aplazado su decisión de ser madres hasta conseguir sus objetivos laborales, una pareja estable o, tal vez, quieran volver a formar una familia cuando sus hijos ya están criados.

Evidentemente, aunque nosotros nos veamos jóvenes por fuera y nuestro aspecto sea el que hace unas décadas tenía una persona de treinta, por dentro el cuerpo acusa su edad y a partir de los cuarenta y cuatro años las mujeres comienzan a ser menos fértiles y los embarazos tienen un mayor riesgo. Por eso, no es poco habitual que cuando se comienza la aventura de ser madre ya avanzados los cuarenta, aparezcan dificultades para concebir.

En las clínicas de fertilidad se han especializado en ayudar a estas mujeres en los cuarenta que quieren ser madres, sea por primera vez o no. En ellas se llevan a cabo tratamientos especializados para ayudarles a conseguir su objetivo, aumentando mucho sus posibilidades de concebir y de que el embarazo llegue a un buen término.

Muchas de estas mujeres emprenden el camino junto a sus parejas. En otros casos, lo hacen solas porque ven que se les acaba el tiempo de poder concebir y no hay una persona en sus vidas en este momento. En ambos casos, en la clínica se les acompaña, se les aconseja y se les ayuda a lo largo de todo el proceso para que puedan hacer realidad sus sueños.

Con una esperanza de vida que supera los 80 años, ser madre en los cuarenta no es ninguna locura y muchas de estas mujeres podrán incluso conocer a sus nietos si se da el caso, por lo que este aspecto no tendría que ser preocupante para ellas.

Qué es y en qué consiste una liposucción

Nuestra imagen personal es algo que siempre nos preocupa a todos. En ocasiones, sin importar el esfuerzo que se realice, con dietas o ejercicios, hay zonas de nuestro cuerpo que se resisten a adelgazar.

 

Por lo que en ese caso podríamos considerar un procedimiento un poco más drástico para mejorar, como es la liposucción.

 

La liposucción es un método de la medicina estética en el que se realiza la extracción de grasa del cuerpo de zonas específicas como abdomen, piernas, glúteos; a través de cánulas que es introducen en pequeños orificios. Este procedimiento pretende el modelado del cuerpo del paciente.

 

Como toda intervención quirúrgica, la liposucción requiere de una evaluación previa del estado de salud del paciente, así como de las condiciones higiénicas más óptimas de un quirófano. Para este procedimiento, es necesario que el paciente sea anestesiado y el especialista es quien decidirá si el paciente deberá quedar en observación y por cuánto tiempo.

 

Posteriormente, el paciente deberá tener reposo durante un tiempo que oscila entre dos a cuatro semanas, para una buena recuperación. Así mismo, el especialista le hará las recomendaciones correspondientes para mantener un óptimo estado de salud después de la operación.

 

Sin embargo, se considera que este tipo de operaciones son considerablemente invasivas y pueden tener riesgos; así que han surgido variables a los métodos más tradicionales, por ejemplo la liposucción sin anestesia general.

 

A este procedimiento se le denomina vaser lipo, y no requiere de anestesia general sino solo local. Este método es mucho menos invasivo, su recuperación es más rápida y los riesgos de complicaciones son mucho menores; pero al mismo tiempo, sólo puede extraer un total de 500 centímetros cúbicos de grasa.

 

También existe otro método, sin anestesia general: liposucción tumescente; la cual consiste en inyectar en el área a ser tratada una gran cantidad de líquido con lidocaína y epidefrina. La grasa se endurece y es posible extraerla con menos esfuerzo y poco sangrado. Este tipo de liposucción tiene menos riesgos y el tiempo para la recuperación es menor. Sin embargo, como toda cirugía tiene también sus riesgos, es importante que lo tengas en cuenta.