Hace ya unos cuantos años que no pruebo la leche, y a decir la verdad nadie tiene la culpa, el único culpable soy yo porque le leche nunca me ha entusiasmado. Hoy en día para que alguien consiga que me tome una taza de leche lo primero es que tenga galletas de chocolate para mojar sino ya se puede ir olvidando. Ese es el requisito mínimo, las mejores galletas de chocolate y la mejor leche entera, de esta forma puedo llegar a tomar dos tazas de leche si hay galletas de chocolate suficientes.
No sé cómo serán los desayunos de los niños hoy en día pero estoy casi completamente seguro de que muchas madres tendrán las mismas complicaciones que tenía mi madre para que me tomase la leche tanto en los desayunos como en las cenas. Más que nada porque como a mi no me gustaba no veo extraño que a los niños de hoy en día no les pueda gustar la leche. Desde niño era pensar en la leche sola y ya me ponía a protestar, sin algo que chocolatease la leche si que no me la iba a tomar seguro. No me puedo creer que mucha gente que conozco les guste beber la leche fría directamente de la nevera, sin mezclarla con nada. Eso, os puedo asegurar que no lo voy a hacer a lo largo de toda mi vida. Ya no tomo leche pero leche sola sí que no. En la tele salen niños, en los anuncios de las distintas marcas de leche, en los cuales aparecen con bigotes blancos de la leche y relamiéndose de gusto. Eso siempre me pareció bastante falso porque si yo no me lo creía no podía entender como otros niños sí que picaban con los anuncios.
Con el paso de los años creía que la leche me iba a ir gustando más, pero nada más lejos de la realidad. Con los años la he ido repudiando cada vez más y más hasta que ya desapareció de la lista de la compra y me he acostumbrado a vivir sin ella.