Una de mis prioridades con mi hijo es tratar de detectar lo que le gusta y no imponerle formas de ocio de su padre. Por ejemplo, a mí siempre me gustó el fútbol, aunque últimamente me estoy “quitando” ya, pero él no parece mostrar ningún interés. No le gusta competir, en todo caso sufre compitiendo consigo mismo: no le gusta hacer las cosas mal, pero parece que de momento le trae sin cuidado ganar o perder.
Pero hay dos o tres cosas que sí que intento inculcarle o al menos ayudarle a aprender, aunque tampoco muestra mucho interés. Una es la piscina y otra la bicicleta. En este segundo caso no tuve mucho éxito con la primera bicicleta, que se ha quedado criando malvas. Y ahora vamos a por la segunda, para lo cual he decidido ir a una exposición de bicis, de esas que están llenas de expertos y EXPOSITORES Y BANDEROLAS publicitarias.
No es la primera vez que viene conmigo a una feria, ya ha estado en la de turismo y parece que la disfrutó bastante. Aunque a él le da igual a dónde viajar, la feria de turismo es tan colorida y hay tanto movimiento que él estuvo muy entretenido. Y es que le gusta más la fiesta que a Fernando Alonso la velocidad. Pero con la feria de bicis se ha encontrado con menos movimiento y no ha tardado en poner cara de circunstancias. Entonces he tenido que intervenir.
La verdad es que tengo bastante inventiva y siempre suelo sacarme algún as de la manga para cuando el chico se aburre, pero en este caso me ha costado un poco. Por suerte, los comerciales estaban también atentos a las nuevas generaciones y en una de las zonas de EXPOSITORES Y BANDEROLAS publicitarias me han regalado un cómic sobre educación vial para colorear. Y si hay algo que le gusta es dibujar, así que se ha quedado con la madre con su arte, mientras yo intento buscar una bicicleta que esta vez cumpla su cometido, porque la anterior, aunque fue barata, ahí se quedó, en el trastero.