Consejos para llevar a los peques al dentista

Si a la mayoría de las personas adultas no les hace mucha gracia ir al dentista, imaginaos lo que es para un niño. Eso de estar con la boca abierta mientras te hurgan con instrumentos de metal no es nada prometedor. Pero como adultos sabemos que, aunque no sea agradable, es imprescindible. Porque mucho peor es lo que puede pasar si no vas al dentista. Pero eso a un niño le importa menos: ellos están pendiente del presente, lo del “futuro” no va con ellos. Y hacen bien para muchas cosas, pero no para los dientes.

Por eso hemos de afinar nuestra capacidad de “seducción” para convencer a los peques de que revisen sus dientes, ya sea en un ortodoncista en santiago o un dentista Y aunque suponemos que ya lo sabrás, te lo recordamos: las amenazas no funcionan muy bien en plan: Si no vas te va a pasar esto y lo otro. Esa debe ser la última opción si ya vamos a la desesperada. Como con cualquier otra cosa, debemos apostar por lo positivo. Primero hacer una explicación sencilla y directa (pero omitiendo los detalles menos agradables) de lo que sucede cuando vamos a un dentista y para qué sirve.

Suponemos que a esas alturas ya tienen inculcado lo importante que es lavarse los dientes después de las comidas, sobre todo antes de irse a la cama. Sabemos que la mayoría de los niños lo hacen a regañadientes. ¿Por qué les costará tanto dedicar cinco minutos a limpiarse los dientes y luego pasan tanto tiempo delante de las pantallas? Sea como fuere saben que lo tienen que hacer. Y luego vamos nosotros con lo de la cita de mañana con el ortodoncista en Santiago. ¿Y por qué tengo que hacer eso también si ya me lavo los dientes?

La respuesta que debemos dar está clara: los dentistas son los médicos que se encargan de velar por la salud de nuestra boca y de nuestros dientes. Así como vamos al médico si nos duele la barriga o un brazo, debemos ir al dentista ante cualquier problema en la boca. Pero es que, aunque no duela, también debemos acudir porque algunos problemas no son dolorosos hasta que no es demasiado tarde: eso es lo más importante que debe entender un niño, que hay que hacer revisiones periódicas incluso aunque no duela nada.