Aunque la expresión ‘quedarse de Rodríguez’ o ‘estar de Rodríguez’ se popularizó con algunas películas españolas de los años 60 y 70 la primera vez que yo entendí lo que significaba el asunto fue con ‘La tentación vive arriba’ una película de Billy Wilder con Marilyn Monroe. Aunque no es la mejor del director austríaco ni de lejos, pasó a la historia por algunas escenas protagonizadas por la joven actriz que empezaba a forjar su leyenda.
En la película, el protagonista despide a su mujer y su hijo que se van a disfrutar del verano mientras él se queda en Nueva York trabajando y pasando calor… Y cuando entra en escena su nueva vecina, la temperatura se dispara.
Ahora que yo he vuelto a casa para trabajar unos días y me encuentro con una ola de calor me he acordado de aquel tipo de la película. Desde luego, yo no tengo a Marilyn de vecina, pero, por lo demás, me siento el típico Rodríguez que no sabe muy bien qué hacer después de trabajar.
De cualquier manera, los tiempos han cambiado. José Luis López Vázquez no sabía freír un huevo. Yo soy el que suele cocinar en casa o el que hacer la compra. Pero, aun así, no es lo mismo. Ayer fui al supermercado a hacer la compra. Y además de los típicos productos que siempre tengo que comprar como Leche Entera sin lactosa o yogures, también pensé en ‘echar una canita al aire’: comprarme la típica comida rara o no excesivamente saludable que nunca metería en el carrito de estar mi mujer y mi hijo aquí. A falta de Marilyn, una buena lasaña.
Cuando todavía era un estudiante y mis padres me dejaban solo en casa algunos fines de semana, lo pasaba pipa, aunque tuviera exámenes y hubiese que estudiar. Hasta ir al supermercado a comprar mi Leche Entera sin lactosa era interesante: me sentía independiente y relajado. Pero ahora es diferente: estar de Rodríguez es aburrido y no sé qué hacer. Solo espero que acabe la semana y que vuelva mi familia… y que baje la temperatura.