Receta de leche de almendras cremosa

Hacer leche de almendras en casa y además requiere de tan solo dos utensilios: una buena batidora o procesadora de alimentos y una bolsa para leches vegetales que se puede conseguir en tiendas de productos naturales, herbolarios o en tiendas online. Para quien echa de menos la untuosidad de la leche entera, esta receta incorpora una pequeña cantidad de anacardos. Un truco que aprendí del blog Primal Palate y que cambia por completo la textura de esta leche vegetal, haciéndola mucho más sabrosa.

  1. Comienza por mezclar las almendras con los anacardos: yo uso un vaso de los normales de la cocina para hacer todas las medidas, así que pongo un vaso y medio de almendras al natural sin sal más medio vaso de anacardos al natural. En total son dos vasos de nueces.
  2. Cubre esta mezcla de almendras y anacardos con cerca de un litro de agua fría y deja reposar durante 24 horas en un lugar fresco o dentro de la nevera.
  3. Pasado este tiempo ya estamos listos para preparar la leche vegetal. Para eso empieza por tirar el agua de remojo, esa no la queremos.
  4. Echa las almendras y los anacardos remojados en el vaso de la batidora.
  5. Añade cuatro vasos de agua fresca, un poco de extracto de vainilla, una pizca de sal y una cucharada sopera del endulzante que prefieras (azúcar de coco, xilitol…)
  6. Tritura todo hasta tener una crema fina. Dependiendo de la potencia de tu batidora te llevará más o menos tiempo, yo las trituro durante unos cuatro o cinco minutos
  7. Coloca la bolsa para leche vegetal abierta sobre una jarra. Vuelca la mezcla de almendras trituradas dentro de la bolsa.
  8. Cierra la bolsa y aprieta para sacar la leche. Escurre bien para conseguir la mayor cantidad posible de líquido, dejando en la bolsa solo la pulpa de las almendras y los anacardos.
  9. Ve añadiendo un poco más de agua fresca hasta que la leche tenga la consistencia que tú quieres. Esto pueden ser un par de vasos más de agua.

Ya tienes tu leche de almendras lista. Puedes guardarla en la nevera hasta 3 o 4 días sin problemas. Ya verás que buena.

Actividades en centro para enfermos de Alzheimer

Una de las asignaturas pendientes de nuestra sociedad es mejorar la atención a las personas mayores. En países como España, el envejecimiento de la población en un hecho. En determinadas regiones, la media de edad es cada vez mayor. Esto se debe a que crece la esperanza de vida, mientras se reducen el número de nacimientos. Paralelamente se produce una emigración de los jóvenes hacia otros lugares que deja estas regiones, caso de Asturias, con una mayor tasa de población con edades superiores a los 60 años.
El caso de Asturias es paradigmático. Es la región española más envejecida. En 2014, las personas mayores de 64 años ya representaban el doble que las menores de 16.
Pero en toda España el cuidado de las personas mayores es un asunto de gran trascendencia. Por ejemplo, tenemos los centros de día para mayores con alzheimer en Madrid que requieren de voluntarios y profesionales para mejorar su funcionamiento.
Por suerte, tanto administraciones como empresas privadas están arrimando el hombro para atender a un colectivo tan delicado como los enfermos de Alzheimer. Un centro de día para mayores que sufren esta enfermedad tiene como objetivo ayudar a las familias. Se trata de que en horas laborales los mayores tengan el mejor cuidado sin que los hijos tengan que dejar de trabajar o contratar a un enfermero particular para que se encargue del paciente.
En muchos de estos centros de día para mayores con alzheimer en Madrid existen numerosas actividades cuya función es entretener a los enfermos mientras se trata de retrasar los síntomas de la enfermedad.
En este sentido, podemos encontrar talleres de memoria, escritura, poesía, jardinería, juegos de cartas, juegos de mesa, etc. También cerámica, baile, música, cuentacuentos, cine y otras actividades culturales.
Se trata de que los mayores que acudan a estos centros puedan disfrutar del día con una gran variedad de actividades diseñadas específicamente para ellos. Por ello es imprescindible que los profesionales que trabajan en estos centros tengan una buena formación en esta enfermedad. Una persona mayor con Alzheimer no es como las demás, precisa una atención especial y de eso se deben encargan los profesionales de estos centros.

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