3 consejos para un garaje seguro para todos

  1. Mandos seguros. Existen diferentes mandos para el garaje. Algunos son muy fáciles de duplicar, pero otros cuentan con códigos altamente seguros. Cuando el mando se estropea, el administrador se encargará de solicitar otro en un establecimiento de duplicado de mandos en Vigo aportando los códigos de seguridad o, en ciertos casos, habrá que pedir directamente un nuevo mando a la marca. Con este sistema se evita que haya muchas copias de mandos circulando libremente, ya que cualquiera podría hacer una copia y tenerla. Incluso personas alquiladas podrían quedarse con copias que el propietario desconocería que se tienen. Con el sistema de máxima seguridad de mandos, las copias siempre estarán controladas y se sabrá quiénes las tienen, siendo responsables de su cuidado y de informar en el caso de que se pierda un mando.
  2. Acostúmbrate a esperar a que se cierre la puerta. Es algo muy sencillo pero muy efectivo a la hora de contar con un garaje seguro. Muchas veces, los rateros o ladrones de coches esperan a que salga alguien con su vehículo para colarse en el interior del garaje. Tenemos la costumbre de andar con prisas y salir del garaje sin mirar atrás. Si tan solo nos detenemos unos segundos para ver cómo se cierra la puerta por completo, estaremos asegurándonos de que no entra nadie de fuera. Haciendo esto todos los vecinos el parking será muchísimo más seguro. Otra opción es contar con una cámara, pero con esto solo podremos identificar, con suerte, a quién ha entrado. De la otra manera, evitaremos directamente que entren.
  3. Plazas alquiladas. Cualquier vecino que tenga una plaza de garaje puede alquilarla a quién lo desee. No tiene que informar a la comunidad de propietarios y estos no pueden ponerle condiciones. Pero si se desea que un garaje sea seguro para todos, se puede llegar a acuerdos. Algunos contratos de alquiler de plaza de garaje obligan a que quién alquila aporte la matrícula de su vehículo y que solo este pueda aparcarse en la plaza. Se evita así que pueda subarrendarse la plaza, pero también es una manera de saber quién está utilizándola siempre, en caso de que algo ocurra. Esta medida protege tanto al propietario de la plaza como al resto de vecinos y, aunque no puede ser obligatorio para el propietario, tal como hemos dicho, sí se puede sugerir por parte de la comunidad.