Category Archives: Centro oncológico

La prueba 

“Tienes algo ahí, no parece nada, pero es mejor que te revisemos en tres meses”. Y así me fui de la consulta, con la incertidumbre de que “hay algo ahí”. Porque claro, yo me quedé con esa parte de la frase, no con lo que venía después de que “no parecía nada”. Cuando me pasan estas cosas siempre pienso en que me gustaría tener un familiar médico que no me hablara con jerga o que no usara los manuales de tratamiento de pacientes para abordar un diagnóstico. Porque nunca me fio del todo de lo que me diga un médico, porque muchas veces ni ellos saben lo que hay.

Sé que lo habitual es confiar en los médicos (¿qué otra cosa podemos hacer?) pero en mi caso siempre siento un extraño cosquilleo, como si siempre me faltara algo de información, por eso nunca me quedo a gusto después de ir al médico. No cabe duda de que tengo un carácter un tanto especial, y a veces me dicen que soy hipocondríaca, pero también es cierto que he vivido bastantes situaciones difíciles. Por ejemplo, la que padeció mi madre con el cancer de mama.

Eran otros tiempos, y había otros medios, pero mi madre sufrió bastante en un principio para ser diagnosticada. Yo era muy joven y también sufrí mucho, como el resto de mi familia, y desde entonces me ha quedado una especie de trauma con los asuntos médicos, y más si se trata de cáncer. Debido a que soy un grupo de riesgo por antecedentes familiares debo hacerme pruebas periódicas cada cierto tiempo. Y la última vez que fui me encontré con esa frase que he comentado.

¿Me da miedo tener cancer de mama? Sí, pero sobre todo me da miedo el tratamiento y el proceso psicológico que conlleva. Sé que tendré el apoyo de mi familia, pero nunca es suficiente. Lo sé por experiencia propia. Al final, la persona enferma, por mucho apoyo que reciba está sola ante la enfermedad. Es así, y no hay nada que hacer. Dentro de tres meses espero saber algo más…

Tumores en el esófago

El cáncer de esófago afecta al tubo por el que circulan los alimentos desde la garganta hasta el estómago. Es un tubo muscular recubierto de una mucosa, bastante delicado y sensible a los jugos gástricos al contrario de lo que sucede con las paredes del estómago. Cuando hablamos de cáncer de esófago nos referimos a diferentes tipos de tumores. Los más frecuentes son dos, el carcinoma y el adenocarcinoma.

El carcinoma esofagico es un tipo de cáncer de esófago que se forma por la presencia de células cancerosas en los tejidos internos del esófago, concretamente en una células delgadas y planas que lo revisten. Se da más frecuentemente en la parte superior y media de este tubo, pero puede aparecer en cualquier lugar del esófago.

El otro tipo de cáncer de esófago que existe es el adenocarcinoma, el cual comienza en las células glandulares del revestimiento del esófago, las encargadas de crear la mucosa que lo recubre. Este tipo de cáncer suele aparecer en la llamada boca del estómago.

Cuando el médico considera que existe un riesgo de padecer cáncer de esófago tras el estudio de los síntomas y la realización de las primeras pruebas de descarte, pude confirmar este diagnóstico con distintas pruebas. Una de ellas es una radiografía de tórax. Pero la más utilizada es la gastroscopia.

La gastroscopia es un procedimiento que consiste en la introducción de un tubo con una cámara en el extremo a través de la boca. Con él, es posible ver todo el interior de la garganta y del tubo digestivo e incluso examinar el estómago. También pueden extraerse muestras de tejido para realizar una biopsia.

Con los resultados de esta prueba se puede saber seguro si lo que se padece es un cáncer o es otro problema diferente. En el caso de un cáncer es importante saber cuál de los dos tipos principales es y su estadio, ya que no es lo mismo el tratamiento con una enfermedad que está en sus inicios que cuando hablamos de una enfermedad avanzada y en la que ya existe la posibilidad de metástasis a otros órganos.

Es posible cortar parte del esófago para eliminar un tumor, incluso cortar un poco más de tejido para asegurarse de que la zona queda totalmente limpia. Si esto se hace en un estadio inicial de la enfermedad, hay muchas posibilidades de lograr la curación.

LOS ALASKEÑOS SON DIFERENTES

No sé si alguna vez habéis visto los programas que ponen en la televisión sobre gente que vive en alaska bajo sus propias reglas y costumbres. Y el otro día me encontré con un episodio que me llamó mucho la atención, porque uno de los protagonistas de uno de estos programas se creía que se podía curar de un cancer de higado metastasis con irse unos pocos días a un hospital. Lo más probable es que ya nunca más volviese a sus dominios en alaska. La gente que vive en esos parajes son gente ruda, eso es innegable, pero me parece que lo que piensan no es del todo correcto muchas veces. Cuando veo estos programas y veo la forma de pensar de estas personas, me doy cuenta de que la gran mayoría de estas personas no es que piensen mucho en el siguiente paso a seguir, únicamente piensan en lo que tienen que hacer en cada momento para conseguir comida o construir algo que le pueda dar alguna utilidad con alguno de sus animales.

 

Un habitante nuevo que acaba de llegar a alaska, intenta hacerse un futuro allí. Aunque lo tiene bastante complicado, ya que en casi todos los programas parece que tiene problemas para conseguir comida para él y su familia sino también para dar de comer a sus caballos que he de decir que están bastante flacos. Este hombre intenta limpiar un campo para poder plantar un huerto donde poder cultivar sus productos y al mismo tiempo en la misma finca intentar plantar algo que también puedan comer sus caballos y de ese modo poder ahorrarse largas caminatas en la nieve para conseguir una ramas para darles de comer a sus caballos. Pero para conseguir tener el campo en condiciones de sembrar todavía le falta mucho y su mayor problema es que no tiene nada de maquinaria para aligerar su trabajo, tiene que hacerlo todo a mano.

 

Aunque mi programa favorito de alaska me parece que ya no lo van a poner más, creo que la familia del programa ya no es tan salvaje como era antes y se han domesticado al tener que irse a otro sitio por culpa de una enfermedad de la madre del clan.

Marcia Cross habla de su lucha contra el cáncer

El cancer de ano parece tener un doble estigma, el que sufren todos los enfermos de cáncer y el que se suma por estar situado en una zona de la que nos da mucho pudor hablar. Por eso, la actriz Marcia Cross ha querido dar un paso adelante y contar su experiencia con esta enfermedad que padece desde hace tiempo y que ahora está en fase de remisión.

Marcia Cross es muy conocida en España por sus papeles en series como Melrose Place o Mujeres Desesperadas. Durante un tiempo no quiso hablar de su enfermedad, pero finalmente se decidió a hablar para tratar de normalizar una enfermedad que muchos ocultan por vergüenza. Incluso no dudó en publicar fotos en las que se veía con el cabello totalmente rapado, sin su característica y bonita melena pelirroja.

La actriz está actualmente en fase de remisión y todo parece haber ido muy bien en su tratamiento. Se muestra optimista respecto a su curación y por eso, tal vez, se ha sentido tan fuerte para hablar de un problema tan personal e íntimo. Ahora dice que cada vez que va al baño se siente realmente agradecida por el funcionamiento de su cuerpo.

Lejos de la frivolidad a la que nos tienen acostumbrados los personajes de Hollywood, actos como estos ayudan a que la gente pueda ver como algo normal el padecer cáncer en el ano, igual que en cualquier otra parte del cuerpo. Vencer estos miedos y pudores ayuda de dos maneras muy importantes.

Por un lado, las personas que están pasando por el proceso de esta enfermedad se sienten más libres para hablar y para contar su experiencia. De esta forma no tienen que vivirlo como un vergonzoso secreto y pueden contar con el apoyo de sus familiares y amigos.

Por otro lado, al ver esta enfermedad como algo más normal, una persona que note síntomas de esta enfermedad tendrá menos reparos en acudir al médico para consultar qué le pasa y descartar la posibilidad de un cáncer.

Esto ayudará a que en caso de que realmente haya células cancerígenas, se localicen cuando todavía están comenzando a desarrollarse, lo que será muy beneficios para luchar contra el cáncer con éxito. Dado que actualmente hay tratamientos muy efectivos en las fases iniciales de la enfermedad, el diagnóstico a tiempo es la mejor arma con la que se cuenta.

Efectos secundarios

Siempre que me hablan de efectos secundarios en una reunión sobre mi enfermedad yo respondo con un “lo que me interesa más son los efectos primarios”. Y mis médicos se sonríen porque ya conocen mi peculiar sentido del humor.

Cuando me diagnosticaron cáncer de próstata pasé por todos los estadios que se puede pasar: incredulidad, rabia, desesperación, aceptación… y vuelta a la incredulidad. Pero lo bueno de mi carácter es que paso por todo muy rápido. Tras unos meses logré estabilizarme, gracias también al apoyo familiar y de mis médicos.

Teniendo en cuenta la situación que atraviesa mi enfermedad, se me suele proponer algún que otro ensayo cáncer metastásico de próstata: se trata de buscar tratamientos alternativos probando nuevos fármacos que todavía no tienen un amplio recorrido práctico. Yo me suelo conformar con que, por lo menos, hayan sido probados primero en ratones. “Primero los ratones y luego yo”, suelo decir.

Nadie quiere hablar del tiempo que me queda, y yo tampoco estoy muy por la labor, pero mientras pueda he decidido que agotaré todas las vías para intentar vivir más tiempo o, quién sabe, superar la enfermedad. Pero todo hay que decirlo: estos ensayos clínicos tienen sus riesgos pero siempre son unos “riesgos controlados”. Hubo un tiempo en el que lo ensayos eran mucho más agresivos y nadie sabía muy a que se exponía, pero eso ya no se da en la actualidad.

Por eso cuando llega el momento de hablar de los efectos secundarios yo, normalmente, hago el gesto de fumar y el médico se ríe: saben que fui un gran fumador, siempre fue mi primer vicio confesable que tuve que dejar cuando se manifestó la enfermedad. Es una forma de decir que no hace falta que hablen de efectos secundarios porque yo, como ex fumador, ya sé mucho del tema.

Aunque hasta ahora el ensayo cáncer metastásico de próstata en el que he participado no ha tenido el éxito que esperaba, yo sigo insistiendo y confiando en los médicos. Ellos me han dicho que todavía queda tiempo para sacar conclusiones. Y yo espero… fumando un cigarrillo imaginario.

Cáncer de ano

El ano es la última zona del intestino grueso. Está compuesto por parte del intestino, por piel y también por dos músculos que forman el esfínter anal, que se abre y se cierra para dejar evacuar las heces. Cuando aparece un tumor en el ano es frecuente que el paciente note los efectos del mismo incluso cuando no ha percibido todavía que exista un bulto.

El sangrado en las heces es una de las cosas que con más frecuencia lleva a los pacientes a la consulta del médico ya que la sangre asusta bastante. Suelen notarla al limpiarse tras ir al baño y acuden a su médico el cual le enviará al especialista para que le examine. No siempre la sangre en las heces es motivada por el cáncer, son muchas las causas que pueden hacer que aparezca. Desde una hemorroide o una fisura hasta una herida ocasional.

Por eso, no hay que asustarse cuando aparece, pero sí acudir a que el médico realice una exploración. Muchos pacientes no quieren realizarse exploraciones por vergüenza, pero los doctores son profesionales y están acostumbrados a llevarlas a cabo, por lo que hay que dejar el pudor a un lado. El diagnóstico precoz del cáncer de ano es fundamental para poder eliminarlo de manera definitiva y con el menor número de problemas.

La primera de las pruebas suele ser una exploración del médico que le permitirá ver si hay hemorroides, fisuras o si hay alguna masa en el ano que no debería de estar ahí. Es una prueba sencilla, rápida y no causa gran dolor ya que se utilizan guantes debidamente lubricados.

El riesgo de contraer cáncer de ano se asocia en muchos casos al virus del papiloma humano, el cual se contagia mediante relaciones sexuales. Por eso, aquellas personas que mantienen sexo anal receptivo sin protección pueden acabar contrayendo este virus y desarrollando este tipo de cáncer. Pero no tener sexo anal no es garantía de que no se pueda sufrir este cáncer ya que el virus del papiloma humano no es el único factor que lo causa.

El cáncer puede aparecer en cualquier parte del cuerpo y por eso debemos de realizarnos controles periódicos. Si se notan cambios a la hora de ir al baño, se sienten molestias constantes o se observa sangre hay que acudir al médico para que encuentre cuál es la causa del problema y pueda ofrecer un tratamiento adecuado.

La mamografía

Fue la primera vez que tuve contacto directo con una enfermedad tan terrible como el cáncer. La hermana de mi madre padeció cáncer de mama y lo superó, pero el proceso fue muy duro para su marido e hijos y también para el resto de la familia. Además, le afectó siendo muy joven, solo con 43 años con lo que nos cogió a todos de sorpresa.

Si lo miro por el lado positivo, me sirvió, como hombre, para conocer más de cerca el drama que padecen muchas mujeres con el carcinoma da mama, una enfermedad que, por suerte, cada vez está mejor tratado y cuya detección es más sencilla que hace unas décadas.

Tengo que decir que yo siempre he preferido vivir un poco de espaldas a al mundo de las enfermedades, supongo que como le pasa a muchas otras personas. Recuerdo que hace un tiempo cayó en mis manos en el metro un periódico especializado en medicina, dirigido a profesionales. Suele gustarme leer esta clase de publicaciones muy especializadas dentro de un sector concreto por pura diversión porque me hace alejarme de mi profesión. Pero con este periódico sucedió algo curioso: a la tercera página lo volví a dejar donde estaba porque no podía seguir leyendo sobre tantas enfermedades diferentes, algunas de las cuales ni siquiera conocía de su existencia. Pero aunque quieras vivir aislado, tarde o temprano te toca de cerca alguna enfermedad: es ley de vida.

En el caso de mi tía todo empezó con  una mamografía. Ella siempre ha dicho que ha tenido suerte, porque en su época no se recomendaba hacer este tipo de prueba de detección de carcinoma da mama para mujeres en su franja de edad. Pero ella quiso empezar a hacérsela anualmente desde los 40 años y fue clave para una detección temprana del problema.

Una vez que se lo diagnosticaron siguió el tratamiento establecido y se recuperó, pero en las primeras semanas fue todo un drama para la familia. Y como digo, tras varios años de aquello, a mí me sirvió para tener más experiencia con estos problemas tan delicados.