¿Son todos los yogures iguales?

Existen un gran número de marcas yogures españa y entre ellas puede llegar a haber variedades muy significativas en el precio. Por eso, cabe preguntarse si todos los yogures son iguales o si hay diferencias que hagan que debamos de inclinarnos por una o por otra marca. Y ya adelantamos que hay diferencias y muy grandes.

Dicen el refrán que no es oro todo lo que reluce ni tampoco es yogur todo lo que pensamos que se corresponde con este nombre. Muchas veces, consumimos preparados lácteos que no tienen la consideración de yogur y no somos conscientes de ello. Están en la misma sección que los yogures, en vasos similares y su aspecto es imposible de diferenciar a simple vista.

El misterio no se resuelve totalmente cuando se lee la etiqueta. Un yogur está hecho con leche, con fermento láctico y puede llevar a mayores azúcar, elementos para darle sabor o color o incluso algo de leche en polvo para mejorar la textura. En algunas ocasiones, el preparado lácteo lleva prácticamente lo mismo. ¿Dónde está pues la diferencia?

Básicamente, en el proceso de su preparación. Mientras que el yogur una vez que fermenta ya está listo para su consumo, el preparado lácteo sufre un proceso tras la fermentación. Este proceso puede ser debido a diferentes factores, pero normalmente es para que la duración del producto sea mucho mayor. Puede estar mucho más tiempo en las estanterías y también en casa y no suelen necesitar siquiera el frío para conservarse.

Pero ¿tienen los mismos valores? Ahí está el problema. Mientras que un yogur tiene probióticos, es decir, bacterias beneficiosas para el organismo, el preparado lácteo, debido al proceso que sufre, no las tiene. Estas bacterias que surgen con el proceso de fermentación mueren al realizar la pasteurización posterior o el tratamiento que sea que se elige.

Por tanto, mientras que el yogur de verdad, por decirlo de algún modo, nos ayuda a reforzar la flora intestinal, el preparado lácteo no lo hace. Y esto es algo que debemos tener en cuenta, sobre todo si consumimos yogur con la idea de ayudar a nuestro organismo tras un proceso de diarrea o durante la toma de antibióticos.

Para saber si lo que se compra es yogur o es preparado lácteo, hay que buscar la palabra yogur en el envase y si no figura, no lo es. Por ahora, es la única manera que tenemos de poder diferenciarlos.